Toda mujer tiene un lugar donde guarda sus joyas. Ya sea uno comprado profesional o simplemente un estuche en donde acomoda todo.
Lo más común, y algo que habitualmente hace todo el mundo, es poner todas las alhajas juntas, una encima de la otra.
¿Porqué decimos que es un grave error? porque de este modo puede que se rayen unas con las otras y eso haría que poco a poco vayan perdiendo su brillo natural del metal.

Por esto, la primera norma es que utilices el “joyero” con cuidado, es decir que cada anillo lo pongas en su ranura, los aritos en su espacio, los colgantes en otro, el reloj por separado, tratando que los lugares estén más ordenados sin que las piezas se están dañando una con la otra.

El cuidado de las joyas no sólo tenes que tenerlo al guardarlas, sino también a llevarlas puestas. Por ejemplo:
  • Rociar accidentalmente la joya cuando te echas perfume.
  • Bañarse en el mar, bañarse en la piscina
  • Ducharse con jabón y otros productos de higiene personal.
  • Realizar trabajos manuales

Estos son algunos ejemplos de nuestras vida cotidiana en donde exponemos nuestras joyas y dañamos las mismas sin darnos cuenta.
No nos cuesta nada tomar algunos simples recaudos, como por ejemplo ponernos perfume antes de ponernos un collar, y hacer que estas duren más tiempos y se vean siempre como el primer día.